1Pele y pique los mangos en julianas, en tamaño mediano.
2Lávelos y póngalos en una sartén con agua hasta que los tape completamente. Llévelos al fuego. Es importante que vaya revolviendo constantemente.
3Retire del fuego cuando empiecen a florear, es decir, a abrirse. Sáquelos del agua y déjelos enfriar.
4Exprímalos a mano y cuélelos.
5Una vez colado el mango, se pone nuevamente al fogón, echándole el azúcar y la esencia de kola, al gusto. Continúe revolviendo constantemente para que no se pegue o se queme. Deje hervir hasta cuando encuentre el punto de textura deseado (cuando esté haciendo muchas burbujas).