¿Sabe usted hacer mercado?

Con la colaboración de Sonia Cristina Lizcano Duarte.
Chef y coordinadora  académica,  ASIP Escuela de Cocina y Gastronomía
Docentes en diversas áreas – Asesora Gastronómica.

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Se ha preguntado alguna vez cómo hacer un mercado ideal, donde se compre todo lo necesario, lo más saludable, solo lo justo, donde se economice y se gaste el menor tiempo posible.

Lo primero que se debe hacer es revisar el refrigerador, el congelador y las alacenas, anotando todo lo que haga falta; no agregue alimentos que no necesite.
Es importante, además, conocer los días en que los supermercados tienen descuentos, pues esto permite que ir a hacer mercado sea una experiencia agradable. Si se trata de variedad, las plazas de mercado son extraordinarias.

Lista de un mercado perfecto

Frutas y verduras:
Se puede optar por la fruta o verdura de temporada, en buenas cantidades. Las frutas frescas se pueden comer como postre, como parte de un batido o como jugo. Las verduras frescas se pueden consumir como refrigerio entre comidas o acompañamiento en comidas principales.

Cereales:
Son parte importante de una dieta equilibrada y saludable, y si son integrales mucho mejor. Entre los cereales están: Avena, arroz, cebada, centeno, maíz, trigo.

Leguminosas:
Es importante incluir fríjoles, arvejas, soya, lentejas y garbanzos. En un plato saludable y nutritivo estos no pueden faltar.

Lácteos:
Leche, mantequilla, yogur, queso y huevos. Se pueden modificar estos elementos en función de las preferencias y restricciones dietéticas.

Frutos secos:
Contienen una solución nutritiva, sencilla y sabrosa, con beneficios para la salud. Nueces, pistachos y semillas de calabaza, pueden incluirse en los cereales del desayuno.

Pescado:
Se recomienda tomarlo al menos tres veces por semana, se puede recurrir a las ofertas y adquirir piezas enteras que siempre resulta más económico.

Huevos:
Son un producto versátil y saludable que se puede cocinar con o sin la yema.

Carnes:
De vaca, de cerdo y de pollo aportan proteínas y otros nutrientes, como minerales y ácidos grasos, esenciales para el desarrollo.

En el congelador,  alimentos congelados

Es aconsejable envasar los productos en porciones pequeñas, ya que de esta manera la congelación será más rápida y conllevará menos riesgos alimentarios.
Las bolsas de plástico herméticas son muy útiles para el envasado.
Si se congelan alimentos después de cocinarlos, recuerde dejarlos enfriar antes de introducirlos en el congelador.
Evite recongelar alimentos ya que se resta su calidad y fácilmente se contaminan.

En la nevera,  alimentos refrigerados

La temperatura ideal de refrigeración oscila entre 0 y 5ºC. Es importante que los alimentos no toquen la pared del fondo de la nevera y dejar espacio entre ellos para que circule el aire correctamente.
Es necesario utilizar envases y tapas para evitar que los alimentos crudos contaminen aquellos cocinados o listos para el consumo.
Limpie con frecuencia el interior de la nevera y siempre que se produzcan derrames o goteos.
Cumpla con la máxima: “Lo primero que entra es lo primero que sale”.

Alimentos que no necesitan frío

Deben ubicarse en lugares frescos y secos.
Reorganice frecuentemente el armario para racionalizar el consumo y gastar primero lo que entró.
Los productos que no consume en su totalidad (pastas, harinas y granos) llévelos a recipientes herméticos.

Organice el mercado en la nevera y despensa

Para mantener los alimentos frescos se deben llevar al refrigerador o congelador en cuanto se llegue a casa.
Elimine los que lleven mucho tiempo guardados en el refrigerador.
Guarde algunas frutas lavadas y picadas para facilitar el consumo (pasabocas).

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