La carne, la mejor fuente de proteína
No hay mejor fuente de proteínas que la carne de res, que gracias a su alto contenido de minerales, vitamina B12 y aminoácidos se convierte en un alimento fundamental para nuestra dieta, pues estos componentes orgánicos son esenciales para crear defensas contra enfermedades infecciosas, formar glóbulos blancos, regenerar tejidos y contribuir con la digestión de las sustancias nutritivas.
Sin embargo, para que estas propiedades estén activas se necesita de ciertos factores para que la carne mantenga sus principales características nutricionales y funcionales, como la terneza, el sabor y la jugosidad, entre otras.
El consumo moderado de carne, acompañado con menús balanceados, con la presencia de verduras y legumbres, puede convertirse en un factor saludable y sus miles de preparaciones, precio asequible y fácil adquisición la definen como el alimento que nunca debe faltar en la mesa.
Cocinarte comparte algunos conceptos que se deben tener en cuenta al manipular productos cárnicos y que son claves para la conservación de sus cualidades alimenticias y físicas.
Cadena de frío: es el control constante de la temperatura en todas las fases de la carne, desde su producción hasta su consumo final, manteniéndola en un mismo rango de temperatura.
Marmoleo: es el término que se utiliza para designar la grasa intramuscular, que es visible como puntos blancos y le da tres características principales de la carne: jugosidad, suavidad y sabor.
Terneza: es el grado de alargamiento o degradación de las fibras musculares que influyen en la dificultad o la facilidad para cortar o masticar la carne.
Palatabilidad: es la cualidad de la carne de ser o no grata al paladar, relacionada directamente con el sabor.
Jugosidad: es la percepción de humedad en el momento del consumo de la carne.
Firmeza: es la consistencia muscular de la vaca, que se mantienen en el corte y que está relacionada con la madurez del animal.
Inglés: la capa externa bien cocida, el centro crudo e inclusive frío. Medio: sellado en la plancha o parrilla dejando el centro rojo. Ideal para que la carne no pierda su jugosidad. Tres cuartos: el centro del corte se torna café claro, con las orillas perfectamente cocidas. Bien cocido: todo el corte toma un color café – gris y prácticamente seco.
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