Hacia una alimentación saludable. Mi experiencia personal

Paella vegetariana de Restaurante Albahaca. Foto: Didier Niño.

Paella vegetariana de Restaurante Albahaca. Foto: Didier Niño.

Reconozco que nunca me interesé mucho por conocer la procedencia de los alimentos que consumía o la forma como se cocinaban. Pero gracias al ejemplo de personas cercanas comprendí que realmente la alimentación es la base de una buena salud y, por tanto, una buena vida.

Con un firme compromiso personal −inicialmente− y asesoría profesional −luego− empecé a consumir de manera más consciente, procurando incluir más frutas y verduras, eliminar las grasas perjudiciales y disminuir los alimentos procesados.

El reto pasó a un siguiente nivel cuando excluí las carnes y, paulatinamente, otros alimentos de origen animal. La principal razón para escoger qué consumir y qué no debe ser el beneficio del organismo, teniendo en cuenta sus necesidades y características particulares; por eso, considero que es fundamental la asesoría de un nutricionista.

Lo más interesante es que aquella decisión, que aparentemente limitaba mis opciones, en realidad las estaba ampliando. Al reemplazar la mayoría de los alimentos que consumía, descubrí numerosas alternativas para que mi alimentación fuera más nutritiva y siguiera siendo deliciosa.

En este proceso también he descubierto interesantes opciones para comer fuera de casa. Por ejemplo, Albahaca, un restaurante que según mi experiencia aplica de manera muy completa el concepto de comida saludable. Compartiendo un almuerzo con su propietario, Iván Gómez, aprendí algunas particularidades que resumo aquí.

Lo primordial es conservar la mayor cantidad posible de vitaminas y enzimas de los alimentos, empezando por el modo de cortarlos: en porciones grandes y en julianas, pues así se pierden menos nutrientes. Por supuesto, el modo de cocción también influye: al vapor es la manera más saludable, seguida de saltear, hornear y escalfar.

Cuando coma fuera de casa, procure que sea en sitios donde le garanticen buenas prácticas de cocina, por ejemplo, que usen aceite de oliva y canola y nunca reutilicen el aceite.

Como se puede concluir, la decisión de alimentarse bien conlleva muchos cambios: todo es parte de un proceso decidido y constante con el único fin de hacer de nuestra vida y salud la mejor versión posible.

Por: Diana Lucía Díaz Patiño

ddiaz@vanguardialiberal.com.co

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