Curry
Hemos visto cómo nuestras repisas se nos llenan de ese amarillo condimento muy usado para arroz y verduras. Este mágico ingrediente es una salsa muy especiada a base de múltiples componentes que está en la dieta básica de gran parte de los orientales. En su origen era una pasta y no un polvo, como actualmente lo conocemos.
Del curry no existe solo una receta, hay miles. Depende del país y de sus pueblos en la variación de ingredientes. La India, por ejemplo, tiene sus variantes, también conocidas como Masalas Tandoori (ají rojo, comino y cebolla) y Garam ( Comino, hinojo y nuez moscada), entre otras. Tailandia, por su parte, usa ingredientes como el lemon grass, jengibre, chalota, ajíes y los divide en tres tipos según su grado de picor: amarillo (el más suave), rojo (intermedio) y verde (el más fuerte). Malasia añade hojas de lima y cilantro y África usa harina de mandioca, frutos y hojas de la selva.
A partir de ahí el curry inició una rápida expansión llegando a Inglaterra, Japón, Centro América y Sur América, adaptándose a la mezcla y a los gustos de cada país y región.
¿De qué está compuesto el curry?
Aunque no se tiene una elaboración exacta, básicamente es una mezcla de especias y hierbas aromáticas, frutas y pasta de gambas.
Según su composición se clasifica en dos tipos:
Curry en polvo: Las especias más utilizadas son el comino, jengibre en polvo, semillas de cilantro, canela, cúrcuma, nuez moscada, granos de mostaza, pimienta y cardamomo.
Curry en pasta: Además de las anteriores especias pueden llevar hierbas aromáticas como la albahaca, menta, raíz de cilantro, y raíces como el jengibre, cúrcuma fresca, galanga, pasta o salsa de pescado fermentado, cítricos y leche de coco.
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