Deshidratar cebolla

Muchas personas no toleran el sabor fuerte de la cebolla, pero cuando este vegetal  se somete a un proceso de deshidratación se convierte inmediatamente en un ingrediente aromático, suave y cálido, perfecto para sopas y salsas.

Deshidratar cebolla es fácil y solo requiere paciencia y el equipo adecuado. Existen dos técnicas fáciles de hacer: secado al sol o con deshidratador. La más recomendada es la primera, que consiste en colocar la cebolla al aire libre en una zona bien soleada durante 2 o 3 días para que el secado sea completo. Es necesario revolver y esparcir la cebolla dos o tres veces al día. Es importante cubrirla con tela para evitar que se contamine.

Tenga en cuenta que una vez deshidratada (los trozos de cebolla deberían partirse al hacer presión sobre ellos), se puede conservar en recipiente de cristal tapado. Este proceso ayuda a que la cebolla seca se mantenga en buen estado durante más tiempo.