«El almuerzo de la Tierra»: homenaje a la gastronomía santandereana

Más de cien personas se dieron cita en la tarde de este 2 de septiembre para ser testigos de las delicias tradicionales santandereanas, gracias a un espacio creado por la Alcaldía de Bucaramanga y el convivium Slow Food Bucaramanga, con apoyo del programa de Gastronomía y Alta Cocina de la Universidad Autónoma de Bucaramanga, UNAB.

Los asistentes disfrutaron del sabor y aroma de un gran banquete de productos traídos directamente del campo por campesinos de diferentes municipios de la región, como Vélez, Charalá, Floridablanca, Lebrija y El Cármen de Chucurí. Un encuentro que resalta la importancia del cuidado de las tierras, la protección del medio ambiente y comprometido a devolver  el justo valor del alimento respetando a sus productores, los territorios y las tradiciones locales.

Este primer “Almuerzo de la Tierra” realizado en el Auditorio Rey Mariño de la UNAB, permitió dar reconocimiento al arduo trabajo de miles de manos campesinas que hacen de la tierra verdaderas delicias gastronómicas, dando acceso a un alimento bueno (de calidad, sabroso y saludable), limpio (sin dañar el medio ambiente) y justo (de precios asequibles), pues “nos interesa que sea un producto ecológico y que sirva para el bienestar de los consumidores”, como lo expresó Sonia Vega Gallo, habitante de la vereda San Ignacio de Bucaramanga y representante de los productores de pollo campesino.

Las comunidades del alimento conformadas por pequeños grupos de productores, campesinos y pescadores, junto con los cocineros tradicionales y profesionales fueron los protagonistas de la carta menú ofrecida. Para empezar una refrescante limonada a base de miel de caña y un trago de vino de arazá producido por los campesinos de El Cármen de Chucurí, zona cacaotera de Santander, con el sabor único y natural de los productos limpios de las inmediaciones de la serranía de los Yariguíes. El plato fuerte fue preparado por las inconfundibles manos de Chori Agámez, cocinera tradicional invitada, con ayuda de cocineros especializados. En esta preparación se hizo presente el cabro al horno criado en fincas del municipio de Charalá que, sin duda alguna, transportaba inmediatamente a ese típico almuerzo santandereano que se disfruta en fiestas familiares.

«El almuerzo de la tierra»

El aporte del departamento de Bolívar también se hizo visible en el menú, gracias a la asociación de campesinos agromineros del sur de Bolívar, que donó el arroz y los fríjoles cabecita negra acompañantes del cabro. La yuca nativa y la batata traída por campesinos de corregimientos de Bucaramanga fueron el complemento perfecto para que este plato tradicional fuera todo un manjar.

Así mismo, las familias campesinas de las montañas de Vélez rindieron homenaje a su tierra con la donación de la tradicional guayaba veleña, para que los cocineros la convirtieran en un delicioso almíbar y cerrar con broche de oro el deleite de un plato bueno, limpio y justo.

El éxito de este primer “Almuerzo de la Tierra” en Bucaramanga fue rotundo. “Lo más importante para nosotros es recuperar el valor del alimento, y eso fue lo que vimos hoy”, asegura Julia Tovar, coordinadora de Slow Food Colombia, quien se hizo presente para apoyar e incentivar a los bumangueses a hacer parte de la Alianza de Cocineros Slow Food.

Este fue un espacio perfecto para demostrar las riquezas de un territorio entorno a las habilidades campesinas con resultados de calidad. Una iniciativa que nace para “recuperar nuestra cultura, nuestra identidad, la dignidad de los campos, la dignidad de los productores y de nosotros mismos”. Se espera lograr mover masas y orientar a la gente al buen hábito del consumo tradicional con alimentos sin conservantes ni manipulados; “no vamos a acabar el hambre con transgénicos” afirma Julia Tovar.

Así, esta organización sin ánimo de lucro busca contrarrestar el auge de la “comida rápida” teniendo en cuenta que la “alimentación buena, limpia y justa no es para pocos, es para todos”.

Elaborado por: Mónica Rocío Blanco A.