Carnes frías, una histórica tradición de mesa
El adviento se postula todos los años como la mejor temporada para servir en la mesa un provocativo y exclusivo menú para degustar en Navidad, Año Nuevo o Día de Reyes. La selecta y delicada textura de las carnes frías la convierten en la primera opción para ser compartida en la mesa de cada hogar.
Desde la prehistoria el hombre conservaba la mejor carne cortándola en tiras finas y dejándola secar al sol, en ocasiones extraían la carne, la adobaban con yerbas y la mezclaban con grasa. Pasado el tiempo, con el descubrimiento del fuego y algunos vegetales que aportaban sabor, el hombre deja de ser nómada cazador, se dedica a criar animales y empieza a elaborar los llamados embutidos.
Es así como nace desde años memorables un menú provisto de suaves carnes rojas y blancas, rellenas con especias, vegetales y conservantes naturales que deleitan con su particular sabor las papilas gustativas. Un perfecto plato que se selecciona hoy en día para celebrar determinadas festividades, en especial las de fin de año.
“Los consumidores eligen qué fecha van a celebrar y de acuerdo a eso determinan qué especialidad quieren comer, por ejemplo, un pollo relleno, el tradicional capón que es un producto de la región, un rollo navideño o un lomo de cerdo, de esa forma se organiza la habitual cena navideña”, explica Javier Lizcano, propietario de una reconocida fábrica de productos cárnicos.
El vino tinto y el vino blanco, se convierten en los mejores acompañantes de estas carnes frías por el toque distintivo que dan a cada bocado. Además, ensaladas de frutas o verduras bajas en sal y azúcar, las papas cocinadas, el pan francés o el típico buñuelo, son una excelente opción para armar un menú moderado y equilibrado.
Antes de definir la cena, será importante conocer la marca del producto de la carne fría, seleccionar la opción que aporte una buena nutrición y comprar en un sitio confiable que tenga registro sanitario. Lo anterior para que en familia se viva una celebración a gusto y sin ningún contratiempo.
Recuerde que el congelador y las altas temperaturas son enemigos de las carnes frías, por eso, conserve en un lugar de cero a cuatro grados y una vez destapado consuma por completo. En el mercado podrá encontrar productos en porciones pequeñas, medianas y de variados tamaños para que disfrute según su necesidad.
Y si desea dar unas notas dulces a cada corte, la salsa de ciruela, de mango o de maracuyá son las indicadas para dar un sabor particular a cada plato.
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